Si Chile invierte en fitorremediación, podría convertirse en líder mundial en restauración ambiental y social.



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Finalmente publiqué el tercer capítulo de mi doctorado en el International Journal of Phytoremediation y me gustaría destacar algunos aspectos de ese trabajo.

En ese estudio, encuestamos a tomadores de decisión en Chile sobre el uso de plantas nativas como método adicional de estabilización de relaves. Encontramos consenso en la apertura a adoptar esta práctica si más estudios con plantas nativas se financiaran, desarrollaran, y comunicaran adecuadamente.

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El mantenimiento de relaves en Chile se ha realizado exclusivamente con métodos de estabilización química y física. Sin embargo, una solución adicional para el manejo de relaves es establecer plantas tolerantes a los metales que puedan secuestrarlos (reduciendo su movilización en el suelo o promoviendo su recolección de tejidos aéreos), una biotecnología acuñada Fitorremediación.

La fitorremediación con plantas nativas puede ser particularmente útil para restaurar relaves abandonados, algunos de los cuales tienen muchas décadas de antigüedad, y los proyectos que involucran significativamente a las comunidades locales tienen más probabilidades de tener éxito.

Actualmente, el daño causado por la minería no es reversible y, con el aumento de la actividad tras la incipiente transición energética (Fig. 2), donde el cobre se destacará pues es necesario en todos los sistemas de energías limpias, se necesita urgentemente más innovación.



Figura 2: Uso de cobre en la transición energética (@BloombergNEF)

En el documento, compartimos detalles sobre el volumen de relaves y señalamos algunos problemas sobre su diseño (especialmente relaves más antiguos/abandonados) y también profundizamos sobre la fragilidad de Chile en cuanto a su sismicidad y los eventos climáticos extremos que se espera aumenten debido a la Emergencia Climática.

Chile tiene una amplia gama de plantas que han demostrado ser adecuadas para la fitorremediación (los estudios se enumeran en el documento), y muchas más aún están por evaluarse.

Como contexto, en Chile se depositan un promedio de 537 millones de toneladas de relaves cada año, y se proyectan al menos 915 millones de toneladas para 2026. La mayoría de los 750 relaves que hoy se encuentran en el paisaje se concentran principalmente en el norte del país, desde Antofagasta hasta la Región Metropolitana. Y hasta 2020, 112 relaves estaban activos, 173 abandonados y 467 inactivos, mientras que cinco estaban en construcción. Sin embargo, el volumen de relaves no puede explicarse mediante un simple recuento de sitios, ya que estas instalaciones varían en tamaño (muchas son enormes) y otros factores de riesgo. Cuatro municipios concentran más de la mitad del tonelaje total de relaves presentes en Chile (Antofagasta, Calama, Alhué y Pica).

Chile tiene el potencial de ser un país pionero en la restauración de relaves y podría informar el diseño y mantenimiento de nuevas instalaciones de relaves en todo el mundo. Da la impresión de que Chile tiene una tremenda oportunidad para establecer un Plan Nacional de Restauración de Relaves abandonados, con 173 depósitos a la fecha.